El pasillo marca el tono.
Le da la bienvenida una gran lámpara colgante en forma de gota de Paolo Vistosi, un magnífico legado de Murano, la isla emblemática del arte del vidrio en Venecia (años 60).
Pero sobre todo, hay un hilo conductor en todo el salón: una invitación al sueño y a la infancia, al humor y a las alusiones visuales —las fotografías de Julie Blackmon.
Bienvenido a su salón. Siéntese cómodamente en uno de los sillones de Joe Colombo…
La mesa de mármol negro de Angelo Mangiarotti le permitirá disfrutar de una copa de Borgoña o de Ribera del Duero. ¿Qué mejor para este diseñador italiano que una lámpara de vidrio soplado de Carole Gay?
Y si echa en falta un espejo de cuerpo entero, el espejo “Barbapapa” de vidrio y plástico, de Élisabeth Garouste, le sacará una sonrisa.
En su cuarto de baño, los azulejos de terracota esmaltada color miel fueron moldeados a mano en uno de los últimos talleres locales aún activos en Sevilla, en el famoso y popular barrio de Triana, al otro lado del río Guadalquivir.
Un espejo de bronce del artista Hubert Le Gall, coronado por un aplique con efectos metálicos y cinéticos, y una lámpara “Presse-Citron” de vidrio satinado completan la decoración.
Quizás reconozca en el dormitorio el icónico sillón Eames y la mesita Knoll, realzados por dos fotografías bordadas de Joana Choumali (artista contemporánea de Costa de Marfil).
Estamos aquí para ofrecerle la mejor de las estancias.
No se admiten menores de 14 años
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